Hace poco salió un tik tok por parte de la alcaldía de Ibagué hablando de cómo en la secretaria de Movilidad habían mejorado en los procesos y atención al ciudadano. Desde esa buena fe quienes no acuden a este servicio creyeron en lo que informaron las fuentes oficiales. 

El Cronista.co hizo una visita sorpresa, no tan temprano, para así tener una apreciación diferente de la atención que prestan en dicha dependencia, pero la observación es la misma que tiene un usuario que estuvo el año anterior en dichas oficinas, largas esperas, aunque vale la pena aclarar que la atención del funcionario no es mala, indicó Carlos Barrios uno de los ciudadanos entrevistados.

El trámite que tiene mayor agilidad en estos momentos son las licencias de conducción, hay orden y cuentan con varias ventanillas para hacer esa diligencia, siempre y cuando cuenten con sistema en línea. Se suma a el pago en el Banco Davivienda, todo en un mismo lugar.

Pero el resto de trámites como matricula de nuevos automotores, pago de comparendos, certificado de tradición y libertad automotor, agendamiento orden de entrega vehículo inmovilizado, registro de peticiones, quejas, reclamos, sugerencias (PQRSD) y liquidación de servicios de parqueaderos, prinicipalmente, son servicios que requieren a veces de días y no en línea como lo indica la ley de antitrámites.

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Como caso curioso, el aviso de identificación de la secretaría de Movilidad esta bastante deteriorado, sus letras poco se pueden leer, salvo Ibagué Vibra, que aun tiene algo de tinta y permite recordándonos la anterior administración como no debería ser, de acuerdo con la Ley Chao Marcas.

El tik tok de la alcaldía se quedó corto, y más vale hablar con la verdad en este tipo de secretarías donde la atención al usuario lo es todo. Si su automotor lo inmovilizan en la tarde, le toca esperar al otro día, porque esos trámites debido a la falta de personal y modernización tecnológica deben esperar.

Por más que quieran dibujar la triste realidad de la secretaría de Movilidad, el personal al interior de la dependencia se mueve, pero no al ritmo de la tecnología.