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Retiro a temprana edad en deportistas, el talón de Aquiles

31 de Jul, 2021
El fallecimiento del exjugador uruguayo que estuvo en el Deportes Tolima, José Luis Russo Perrone, se suma a los suicidios de otros tres futbolistas de ese mismo país en menos de un año, Maximiliano Castro, Williams Martínez y Emiliano Cabrera.
Ponen en la mesa el problema de salud mental que viven los deportistas con un trabajo de vida corta.
En la tesis presentada por Paola Sofía Mendoza en Perú a deportistas de alto rendimiento, indica que el 39% de la muestra de ex deportistas, sufre de ansiedad y depresión al retirarse. Además, entre el 5% y el 42% mencionó que sufren de algún problema de salud mental (Gouttebarge, Frings-Dresen y Sluiter, 2015).
Por otro lado, a nivel físico, se halló en un estudio, que el 43% de los participantes consideraron que la aptitud física había empeorado después del retiro; así como su peso había aumentado (Cury, Ferreira y Leite de Barros, 2008).
En cuanto al aspecto social, se menciona que el reconocimiento social influye fuertemente en la forma en el que el deportista experimenta el retiro, puesto que el prestigio, la atención del medio y el reconocimiento cambian; y si el atleta ha basado en ello su valor personal, la retirada podría llegar a convertirse en un periodo difícil (González y Bedoya, 2008).
Frente a ello, se observa que el retiro implica todo un proceso de asimilación para el deportista, que suele iniciar con una sensación de pérdida, al verse afectada una parte o la totalidad de su identidad.
Asimismo, debe adaptarse a un estilo de vida distinto, para el cual la mayor parte de ellos no están preparados, ya que a pesar de ser un periodo de muchos cambios (González y Bedoya, 2008), el interés por el bienestar y la atención que se les brinda a los deportistas suele disminuir o desaparecer una vez que están retirados.
Es decir, que el ex deportista, probablemente, deja de recibir apoyo por parte de las diversas entidades (entrenador, fisioterapeuta, psicólogo deportivo, nutricionista, etc.) que, anteriormente, estuvieron ligadas a su evolución y desarrollo deportivo; dejando que llegue a esta etapa sin ningún tipo de soporte ni preparación que facilite el proceso de transición (Bestard, 2015).
Pero el estudio va mucho más allá, estos deportistas de corta vida laboral al perder su vida cotidiana y no tener por parte de los clubes deportivos planes de retiros en donde incluyan alternativas en su plan de vida, los lleva a tomar determinaciones nada positivas, por ende la depresión, la adicción e inclusive la ideación suicida como en el caso uruguayo.
Otro factor determinante es el tema financiero, la no preparación en su etapa productiva ha llevado a muchos jugadores a perderlo todo en un corto tiempo, haciendo que se desvanezca lo trabajado en su vida como profesional en cualquier disciplina deportiva, generando desolación y desesperanza.
El problema social es recurrente y en el caso nuestro se hizo más visible por lo vivido por el arquero de la selección Colombia y comentarista deportivo Faride Mondragon hace tres años largos, cuando sufrió un cuadro de depresión severo que casi lo lleva a la muerte. Otros de adicción como los de René Higuita o Wilmer Medina; o de alcohol como los de René Valenciano que lo superó gracias al apoyo familiar.
El deportista termina su vida laboral a los 35 a 40 años y a partir de ese momento deben enfrentar un mundo real alejado de la fama o reconocimiento; salvo contadas excepciones como el Michael Jordan que vive de las regalías por publicidad los demás tienen que vivir en nuevos entornos donde los nuevos hábitos los llevan inclusive a perder su contextura.
Los motivos de retiro aparte de la edad las lesiones, la incompatibilidad entre estudios/trabajo y carrera deportiva, la propia decisión, la falta de motivación, la disminución del rendimiento y de los ingresos económicos, son los motivos de retirada deportiva más frecuentes (citado en González y Bedoya, 2008).
Por eso menciona Roffé (2000) en la misma tesis que existen dos situaciones para la jubilación de los deportistas. La primera, cuando se retiran voluntariamente porque siente que su rendimiento está en declive, han sufrido una lesión grave o consideran que ya cumplieron sus objetivos, tomando en cuenta que están psicológicamente cansado y el ambiente del deporte se desgastó.
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La segunda, cuando el retiro es forzado porque el deportista no rinde más o los dirigentes o técnicos deciden que no están en condiciones de jugar por el club o la selección.
En una investigación realizada por Cury et al. (2008), se halló que en relación a las reacciones emocionales vividas por los deportistas al momento del retiro, se observaron la predominancia de algunas emociones. El 50.6% de los exjugadores sintió tristeza en el momento de la transición a una nueva carrera, el 36.7% se sintieron conformes en cuanto a la decisión.
Asimismo, el 17.7% de los participantes sintió felicidad en ese momento, el 6.3% se sintieron tensos, el 5.1% sintió miedo, el 5.1% quedaron deprimidos, el 3.8% sintió rabia, el 3.8% quedaron resentidos, el 1.3% se sintió culpable y ninguno de los participantes hizo referencia a sentimiento de desesperación.
El retiro deportivo se experimenta una crisis de identidad, siendo esta producto del grado en que el deportista se ha identificado con su rol deportivo, es decir, que, a mayor identificación, mayor será la intensidad de la crisis que tendrá que enfrentar cuando llegue la hora del retiro.
El cambio de rol en la sociedad implica muchas veces un desafío, empezando por insertarse al mundo cuando todavía su identidad no se encuentra del todo clara; de manera que el individuo atraviesa por un periodo de desorientación, en el cual el sujeto debe adaptarse a su nueva rutina diaria, a su entorno, a sus nuevas relaciones sociales y a su propio cuerpo; así como de crisis emocional, por la pérdida de dicha identidad deportiva (Gonzáles y Bedoya, 2008).
Dentro de las conclusiones de las tesis se resalta lo siguiente:
• Los deportistas vivencian el retiro de forma particular y única, ya que intervienen diversos factores, tanto personales (identidad deportiva, características de la personalidad, causa del retiro, planificación, estudios paralelos, etc.) como externos (apoyo social, condición económica, etc.), que influyen de manera positiva o negativa en el impacto que tiene el retiro en la vida de los atletas.
• Los deportistas suelen experimentar con mayor frecuencia emociones de valencia negativa, como tristeza, ansiedad, nostalgia, culpa, ira, etc. Sin embargo, en ocasiones, dependiendo de las circunstancias de su retiro o de su personalidad, los deportistas experimentan emociones de valencia positiva al retirarse, como alivio y tranquilidad.
• La duración e intensidad de las emociones de valencia negativas en los participantes varía dependiendo de la efectividad de los recursos de adaptación con los cuales cuentan los deportistas, siendo más determinantes las competencias personales y el tener una ocupación, sea esta laboral o recreativa.
• Los pensamientos de negación, injusticia e incertidumbre lentifican el proceso de adaptación al generar mayor malestar emocional. Por el contrario, los pensamientos de aceptación fomentan la aparición de emociones positivas que facilitan el proceso de transición; sin embargo, esto no significa que las emociones negativas desaparezcan, solamente disminuyen su intensidad.
• La planificación previa al retiro previene la aparición de pensamientos de incertidumbre, reduciendo la sensación subjetiva de ansiedad.
• Quienes se retiraron de manera voluntaria motivados indirectamente por circunstancias que les generaban malestar, a pesar de experimentar al inicio alivio y tranquilidad; posteriormente se sintieron arrepentidos de la decisión tomada, dificultando el proceso de adaptación.
• Mientras mayor libertad haya al momento de tomar la decisión de retirarse, menor será el malestar emocional, facilitando la adaptación al retiro.
• El contar con diversos recursos de adaptación, a nivel individual y social, para enfrentar el periodo de retiro promueve una adaptación más rápida y fluida al retiro.
• El significado personal que los deportistas le dan al retiro es un factor determinante al momento de la transición, ya que, si el retiro es considerado una pérdida o equivocación, el proceso de adaptación se dificulta; mientras que, si el retiro se vivencia como una etapa de transición, continuidad o satisfacción, se genera un impacto positivo que beneficia la adaptación.
• Una identidad deportiva elevada genera que el retiro sea vivenciado como un duelo, ya que el atleta experimenta una tristeza profunda al no saber quién es él fuera del campo deportivo. Ello constituye el principal factor que dificulta el proceso de adaptación.
• El haber estudiado una carrera profesional, en paralelo a la carrera deportiva; así como, el realizar otra actividad (trabajo, hobbies, etc.) al retirarse del deporte, contribuyen a facilitar el proceso de adaptación, puesto que brindan al deportista una sensación de tranquilidad y control frente al futuro, haciendo evidente que tiene una gama de oportunidades, dentro y fuera del ambiente deportivo.
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• La mayor parte de los deportistas retirados consiguieron trabajos relacionados al deporte que realizaban, inclusive los que estudiaron otra carrera profesional.
• El apoyo psicológico es un recurso vital para favorecer y empoderar al deportista, facilitando el proceso de adaptación, previniendo y disminuyendo el impacto negativo en las vidas de los atletas.
• La familia desempeña un papel importante como soporte para los atletas durante el retiro, ya que brinda un espacio de contención y apoyo emocional, impulsando al deportista a continuar con su proyecto de vida.
• Los deportistas que pasaron por un periodo de inestabilidad económica tuvieron mayor dificultad para adaptarse al retiro; sin embargo, sus recursos (personales y sociales) les permitieron reinsertarse al mundo laboral y estabilizar sus finanzas, de manera que su calidad de vida no se vio afectada.
• A mayor reconocimiento social, mayor dolor emocional y dificultad para adaptarse al retiro. No obstante, el reconocimiento social tiene un impacto importante al retirse, cuando, a pesar del paso del tiempo, el deportista continúa siendo admirado, lo que incrementa el nivel de satisfacción personal.
• El impacto social, en relación al reconocimiento, repercute más en los futbolistas, ya que son ellos quienes reciben mayor atención de los medios de comunicación y beneficios.
Bibliografía:


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