Emilio González Méndez y Jair Martínez Cárdenas fueron imputados por la Fiscalía por los delitos de doble homicidio agravado en concurso con tentativa de homicidio; en concurso con secuestro simple agravado e incendio.

Las víctimas de los hechos, ocurridos en la vereda Marmaja de Rioblanco (Tolima) en el año 2013, fueron tres niñas de 9, 10 y 14 años. Las dos últimas fallecieron.

Tras una exhaustiva investigación que tomó 5 años para dar con el paradero de los presuntos responsables del abominable hecho que causó dolor no solo a toda una familia sino también a una población entera, se efectuó su captura.

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Al parecer, los sospechosos golpearon a Sixto Martínez Cárdenas, padrastro de las niñas, a quien luego amarraron a un árbol ubicado a 200 metros de su casa. Posteriormente —según el ente acusador—, González Méndez y Martínez Cárdenas habrían rociado la vivienda con gasolina, presuntamente le prendieron fuego a la habitación donde se encontraban las menores y huyeron.

Información de fuente humana y otras labores propias de policía judicial tales como entrevistas a testigos de los hechos, entre ellos el padrastro quien reconoció a los victimarios plenamente; interceptación de líneas telefónicas, búsqueda selectiva en base de datos, entre otros elementos materiales probatorios y evidencia física, permitieron la ubicación de los investigados por el crimen de las menores de edad.

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Fue así como en zona rural de la comuna de Belén Alta Vista de Medellín (Antioquia) fue detenido por personal de la Sijín de la Policía de Tolima González Méndez, solicitado por un juzgado del municipio tolimense de Chaparral. Además, se logró notificar en la cárcel a Cárdenas Martínez, quien se encuentra purgando una condena de 16 años de prisión por delitos sexuales en esa misma municipalidad.

Ninguno de los imputados aceptó los cargos y continuarán privados de la libertad mientras avanza la investigación en su contra.