La vida de Emilianito con síndrome de Down y espectro autista, se fue  deteriorando día a día debido a las crisis convulsivas que le originaron varias caídas que le ocasionaron fracturas en sus extremidades inferiores y que lo mantienen en cama y con escaras en su cuerpo.

Su hermana Lina Castellar, le contó a El Cronista.co que ella quedó sola sosteniendo a Emilianito, además tuvo que dejar su trabajo en una empresa importante de la ciudad, al igual que su matrimonio se derrumbó, tras la petición de su madre que le hizo jurar antes de morir, que no lo iba a desamparar.

Con lágrimas en los ojos, relató que Emilianito, empezó con una leve mejoría luego de una caída, sin embargo, ella pasó un derecho de petición a sanidad militar debido a que su hermano requería del cuidado de una enfermera pues el peso de Emilianito le estaba ocasionando problemas de salud a ella ya que debía cargarlo de un lado a otro.

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Pero allí no terminó todo, y por el contrario comenzó el calvario, porque de nada valió ese derecho y por eso a través de una acción de tutela Lina, pidió los pañales y el cuidado de la enfermera, pero tampoco la ganó.

En una segunda caída Emilianito fue llevado a la clínica Tolima dónde resultó infectado siendo remitido a la Unidad de Cuidados Intensivos durante una semana, luego salió de allí, pero Lina volvió a tener contacto con el dispensario de la Sexta Brigada, dónde la coordinadora Ángela Sánchez quien es la organizadora de los tratamientos en casa y con el internista le bajaron sin dar una explicación valedera el número de terapias para su recuperación.

“En ese momento la coordinadora no me dio una explicación valedera sobre esta decisión”, señala Lina, además le exigió que ella debería ser la coterapeuta de su hermano, por lo que le dijo que no está entrenada para eso.

Ante este hecho Emilianito se descompensó y de nuevo fue hospitalizado para un examen de gastrostomía en la clínica Tolima, presentando desnutrición severa, dónde los médicos le formularon un producto llamado Ensoy Recover, para alimentarlo, pero cuando Lina llegó a sanidad militar vio con sorpresa que este no está incluido dentro del POS, y allí se lo cambiaron por Enterex.

“Me siento agotada, estoy enferma” expresó Lina Castellar, “necesito que me solucionen esto porque el juzgado quinto administrativo falló una tutela a favor de Emilianito, sin embargo, sanidad militar no ha cumplido, y añadió que hoy se cumplen las 48 horas para la entrega de los pañales, una enfermera y la comida de mi hermano”.

“Pese a que la coordinadora Ángela Sánchez vino a mi casa no ha dado una respuesta, no sé quién ordenó a bajar las terapias, pues eran 30 y me asignaron sólo 12. En cuanto a los pañales sanidad militar declaró que no había convenio con la entidad que los entrega, en total son 120 mensuales que no han llegado a la casa”.

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“Sumado a todo esto, la indiferencia del personal de la clínica Tolima fue evidente, porque no fue atendido de manera oportuna, cayó en coma durante varias semanas, en ese como en todos los momentos, no tuve el respaldo de las fuerzas militares, tanto así que el auditor de sanidad militar ordenó trasladarlo a la casa y de nuevo Emilianito se agravó”.

Cabe señalar que la oficina jurídica de sanidad militar de Ibagué, impugnó la tutela, y pese a la pensión de su padre tan sólo él puede aportar 500 mil pesos para ayudar a su hijo, cuando los gastos de Emilianito sobrepasan esta cifra.

Aseguró Lina que “sanidad militar cree tener la última palabra médica con sus pacientes, es así que por el hecho de que algunos como Emilianito registran enfermedades de alta complejidad creen que es el tiempo de morir”, lo expresó de manera triste Lina.

Por estos hechos Lina decidió acudir a la Procuraduría Regional, por eso con rabia y dolor y con lágrimas en los ojos afirmó categóricamente que va a ir hasta las últimas consecuencias y de llegar a fallecer Emilianito por lo menos saber que agotó hasta el último recurso.

“Si es preciso que todos los medios de comunicación de Ibagué y Bogotá conozcan las arbitrariedades que se están cometiendo con la vida de mi hermano”, dijo Lina.

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“No les estoy pidiendo limosna a sanidad militar, mi papá fue oficial del Ejército, se pensionó en 1972 y hasta el año pasado nunca pedí nada para mi hermano, pero este año ha sido terrible” dijo Lina Castellar.

“No entiendo porque hay alguien que determinó bajar el número de las terapias, lo acepto de un médico, pero no de una persona desconocida en materia de salud”, agregó Lina Castellar. Por eso espera que, en los próximos días, esta pesadilla que está viviendo por culpa de sanidad militar, sea superada al tenerle todo a su hermano, que se encuentra en precarias condiciones.