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Emergencia social en Gualanday

Emergencia social en Gualanday

Algunos empiezan a llamar a Gualanday pueblo fantasma.  Los carros que a diario pasan por la vía que conduce desde Ibagué a Bogotá tiene como resultado nefasto el cierre de los locales de venta de frutas, quesillos; desayunos y almuerzos con una consecuencia natural y es el embargo de sus predios por el no pago oportuno de sus obligaciones con la banca.

En el caso del turismo los espacios acondicionados como piscinas naturales cuentan ahora solo con los mismos clientes, los del pueblo que siguen esta tradición semana tras semana como única forma de entretenimiento, en especial jóvenes que poco dejan a los establecimientos comerciales. 

 

Para sus habitantes, las autoridades en general les incumplieron con lo pactado al momento de iniciar con el viaducto que se encuentra 75% construido. Esa mole  de la modernidad ayudará a los conductores a disminuir su tiempo en carretera y accidentes, especialmente, pero conduce al olvido total a sus pobladores.

 

La denuncia hecha a este medio por parte del estudiante de la universidad del Tolima, Felipe Corona nos llevó a indagar sobre la situación. Encontramos que los comerciantes no están todos unidos bajo el mismo propósito y esa desunión conduce a no ser escuchados, a no cumplirles con lo pactado. Le están haciendo conejo a la comunidad, la inversión social prometida en el primer proceso, el de socialización para así conseguir los permisos respectivos de ejecución de esta vital obra para el país se quedó en el papel. 

 

Dentro de los compromisos de la Concesionaria San Rafael, está la entrega de bahías comerciales que permitirá la reubicación de los comerciantes, estos no han iniciado aun, pero se espera antes de entregar la obra en servicio, la constructora proceda a entregarlos a sus habitantes. Sin embargo los diseños de las casetas que deben ser entregados por la alcaldía de Coello aun siguen en estudio.

 

Cortolima tiene que hacer presencia en la zona, porque sus habitantes denuncian que se están vertiendo aguas residuales desde la vereda Briceño y sector de Buenos Aires en la quebrada Gualanday, contaminación que conduce al aumento de enfermedades en la piel por parte de los pocos que actualmente se van a bañar en estas piscinas naturales.

 

La Gobernación en conjunto con la alcaldía deben realizar los estudios y construcción de una nueva propuesta de la comunidad, la construcción de un puente que comunique la zona con el municipio de San Luis, alternativa cuya inversión supera los 5 mil millones de pesos, pero que les daría otra salida, y vital a sus habitantes. 

 

Como tolimenses solo esperamos que Gualanday no se convierta en otro Caldas Viejo, municipio de Alvarado, esa vereda por donde pasaba la vía nacional que conduce de Ibagué a Honda y que fue casi borrada del mapa por cuenta de un político de los años 70 que no sacó los votos que esperaba, determinando en ese entonces que la vía pasara por donde actualmente está trazada.

 

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