A la edad de los 91 años y debido a una serie de complicaciones médicas que minaron en las últimas semanas su estado de salud, murió este miércoles, o6 de septiembre,  en horas de la tarde don Martín Rojas, propietario de Almacenes JM, uno de los más reconocidos de Ibagué. En vida, fue uno de los más ilustres y apreciados hombres del sector comercio en la capital tolimense, especialmente en la zona centro, en donde se encuentra ubicado su negocio.

Don Martín, quien era tolimense por adopción y vivió más de la mitad de su vida en Ibagué, nació en 1926 en el municipio de Ceilán en el Valle del Cauca; allí creció junto a su familia, la cual desde que era un niño le inculcó buenos valores y el amor por el trabajo, según contaba el mismo don Martín en vida, durante algunas de las entrevistas que llegaran a hacerle los medios locales.

Según relataba don Martín en alguna de esas ocasiones, cumplidos sus 14 años de edad, decidió empezar a ganarse la vida de manera honesta, llegando así a emprender múltiples trabajos en la capital de la república. Fue así como se sostuvo por varios años y finalmente, cuando tenía 23 años, llegó a la capital tolimense huyendo de las revueltas y disturbios por el famoso ‘Bogotazo’ en 1948.

Es así como tras llegar a Ibagué en 1949 buscando a unos de sus parientes, finalmente decide radicarse en la capital tolimense y empezar a trabajar al lado de su familiar, quien fuera el que lo inició en el negocio de los textiles y las confecciones.Durante muchos años, don Martín fue reconocido en la capital tolimense como un hombre muy cívico, de buenas relaciones con todo el mundo y colaborador cuando de apoyar causas se trataba.

Adicionalmente, Rojas era un asiduo hincha del Deportes Tolima, al punto de que hace algunos años llegó a promover en su negocio de textiles, todo lo que tenía que ver con el equipo Pijao e incluso su almacén fue por mucho tiempo un expendio de boletería para los encuentros del equipo tolimense.

De igual forma, su negocio siempre fue reconocido por tener en su fachada el famoso tablero informativo con todos los artículos, recortes y todo tipode información relacionada con el Deportes Tolima. Así mismo, durante el año 2009, cuando el mayor accionista del equipo Pijao, Gabriel Camargo Salamanca, anuncia que el club no jugaría la Liga por falta de recursos económicos, don Martín se dio a la tarea de recolectar firmas para ayudar a reversar esta situación.

Esta fue sólo una de varias campañas cívicas que emprendiera don Martín, en torno a los temas de ciudad por los que siempre mostró preocupación. Es así como también participó en campañas para incentivar el ahorro de agua y la cultura ciudadana para mantener limpia la ciudad. Estas fueron entre otras, algunas de sus acciones que se suman a la generación de empleo y diferentes aportes a la economía de la capital tolimense durante más de 50 años.

Quienes conocieron bien a don Martín Rojas, señalan que aparte de su pasión por el Deportes Tolima, era un gran fanático del ciclismo. Además de haber generado empleo a través de Almacenes JM, también era propietario de La Sultana, un local comercial ubicado en la calle 31 con carrera Quinta de Ibagué, el cual también se convirtió en un punto de encuentro para muchos ciudadanos.

Don Martín Rojas, también será recordado por haber sido muy cercano a los medios de comunicación, en especial de las casas radiales, pues siempre fue amigo de la mayoría de periodistas y constante colaborador con los mismos cuando así se le requirió. Por estas y muchas razones innumerables, la muerte de don Martín constituye una gran pérdida para la ciudadanía ibaguereña y para el sector comercio en especial.

El equipo periodístico de El Cronista.co, lamenta profundamente su partida y envía un fraternal saludo de condolencias y solidaridad a su señora esposa, a sus hijos, a su familia y en general a todos sus allegados que hoy sufren la perdida de don Martín, quien indudablemente deja una gran huella positiva e imborrable entre los habitantes de Ibagué, por su amistad sincera, su don de gente y su propósito de contribuir a tener una mejor ciudad.